La señalización del Camino de Santiago en el casco urbano es una cuenta pendiente de Ponferrada con la ruta jacobea. Las incidencias en esta materia se cuentan por encima de lo que debería permitirse el núcleo de población más importante antes de la llegada a Compostela.
Desde la falta de mojones en enclaves de importancia como la salida de la plaza de la Encina por El Rañadero, hasta la práctica ausencia de carteles en la red viaria, son demasiados los descuidos en torno a la señalización del Camino de Santiago, teniendo en cuenta que Ponferrada es uno de los puntos de partida preferidos por los peregrinos.

En el Camino Francés, el más importante —casi 190.000 peregrinos completaron al menos 100 kilómetros de esta ruta en 2019—, la tónica general es el incumplimiento de las directrices para la señalización del Camino de Santiago establecidas por el Consejo Jacobeo nacional. Este fenómeno puede observarse, por ejemplo, en el desvío para ciclistas de la calle Río Urdiales, que desobedece las pautas de señalética en cuanto a la posición de flechas y signos.
Los mojones a pie de ruta también faltan a la normativa, pues casi ninguno marca el kilometraje y no en todos la vieira presenta la posición correcta, con la punta hacia la izquierda. En Ponferrada hay que irse hasta la calle San Blas en Columbrianos para encontrar uno en regla. Aparte de esto, algunas de las marcas del paseo de la Concordia o en Compostilla se encuentran envueltas en maleza.

La accesibilidad es otro de los aspectos que más se han descuidado en el paso del Camino por Ponferrada. Las aceras de la Avenida 4ª o el firme de la calle Cabo de Finisterre en Compostilla no se hallan en el mejor estado para el paso de peregrinos. La calle San Blas de Columbrianos, o la calle Matadero en el caso del itinerario de Invierno, también carecen de señales que limiten la velocidad o de aquellas que indiquen la concurrencia de la ruta jacobea con la red viaria, lo que incrementa el riesgo para la seguridad de los peregrinos.
La mayor incongruencia del Camino de Santiago en Ponferrada es la desproporción del tramo histórico, Patrimonio de la Humanidad, con el tramo tildado en el Plan General de Ordenación Urbanística del Ayuntamiento —aprobado en 2007— como “entorno de protección del Camino de Santiago”. Esta ruta, ni tan siquiera señalizada, obvia el desvío de Río Urdiales y en el P.G.O.U. sigue el trazo en línea recta desde la Avenida de la Puebla —Lazúrtegui, Gómez Núñez— hasta el cruce de la Avenida de Asturias con la calle de la Iglesia de Columbrianos.
El Plan Urbanístico acomete un sinsentido que ha de corregirse, al ignorar de esta forma el barrio de Compostilla. Curiosamente, la señalización es mejor en las pedanías que en el centro de Ponferrada, cuestión en la que no es comparable al resto de poblaciones del Camino en El Bierzo.
Una variante para el Camino de Invierno
El Camino de Invierno está reconocido como itinerario histórico por la Comisión de los Caminos a Santiago de la Junta de Castilla y León desde 2020, y está oficializado por la Xunta de Galicia desde 2016. El trazado oficial, por el que en origen decidían optar los peregrinos para evitar las cumbres nevadas de O Cebreiro, comienza en el municipio y discurre desde Puente Boeza hasta Toral de Merayo previo paso por el Pajariel.
Vecinos Independientes Agrupados propone la promoción de un tramo alternativo con inicio en la Avenida del Castillo, en lugar de en la calle Cruz de Miranda, y que atraviese Flores del Sil por la Avenida de Portugal. Con esta variante, los peregrinos evitarían los desniveles del Pajariel y podrían hacer uso de los servicios que ofrece el barrio, en un recorrido de idéntica duración prácticamente.

VIAs insta al Ayuntamiento de Ponferrada a considerar esta iniciativa, aprovechando la presidencia del consistorio de la Asociación de Municipios del Camino de Invierno y el Año Jacobeo 2021-2022.
No obstante, existen otros asuntos a tratar sobre este Camino, como el problema de las filtraciones de agua del entubado del canal de Cornatel, “un elemento distorsionador del paisaje que podría eliminarse a largo plazo”, según el propio plan urbanístico.
VIAs ya planteó en sus alegaciones al Presupuesto Municipal para 2021 la necesidad de señales en los caminos y sendas que indiquen a los viandantes su ubicación para el caso de tener que ser socorridos.